Los dirigentes cristianos consideran perjudicial para su fe el contacto con judíos, más allá de los imprescindibles tratos comerciales. Por ello, habilitan determinadas calles, las juderías, para que vivan separados del resto de la población.
A pesar de la norma, es tan frecuente encontrar judíos viviendo fuera de las juderías, como cristianos dentro de ellas. A pesar de que las autoridades locales llaman constantemente a mantener la segregación, algunos judíos destacados viven en la calle Major. Es el caso de los Quercí, que tenían el obrador y la vivienda delante de la iglesia de Sant Joan, en el tramo que por aquel entonces se llamaba de los Especiers.
A pesar de la norma, es tan frecuente encontrar judíos viviendo fuera de las juderías, como cristianos dentro de ellas. A pesar de que las autoridades locales llaman constantemente a mantener la segregación, algunos judíos destacados viven en la calle Major. Es el caso de los Quercí, que tenían el obrador y la vivienda delante de la iglesia de Sant Joan, en el tramo que por aquel entonces se llamaba de los Especiers.