2. Plaça Vella y convento de Sant Domènec

Durante el siglo XII, el antiguo castillo termenado crece con la construcción de nuevas casas y se convierte en villa. En 1332, el nuevo núcleo de población se desplaza hasta la llamada plaza Vella, donde vive el veguer, el representante del rey en el gobierno municipal. Por aquel entonces, se inician las obras de la Paeria, de la iglesia de Santa Maria y del convento de Sant Domènec. Es el punto de confluencia de los diferentes caminos que unen la pequeña villa con el resto de poblaciones.