La antigua residencia de los jesuitas y la iglesia de Sant Bernat se construyen gracias a la donación testamentaria de Francesc de Santmartí i de Ausiàs Marc. Del conjunto destaca la gran capilla de la Inmaculada, de elegante decoración de influencia rococó, que se dedica a la virgen del Incendio, ya que conserva en su interior una pequeña Inmaculada enviada al jesuita Pere Ferrussola, impulsor de las obras, desde la localidad argentina de Salta.
Con la expulsión de los jesuitas de los territorios hispánicos, la residencia se convierte en colegio mayor, dedicado a san Carlos en honor al monarca, para alojar estudiantes de la Universidad. En la ciudad hay también otros colegios mayores como el de la Asunción, el de la Concepción y el de la Santa Cruz, para los estudiantes más pobres.
Con la expulsión de los jesuitas de los territorios hispánicos, la residencia se convierte en colegio mayor, dedicado a san Carlos en honor al monarca, para alojar estudiantes de la Universidad. En la ciudad hay también otros colegios mayores como el de la Asunción, el de la Concepción y el de la Santa Cruz, para los estudiantes más pobres.